EAJ PNV

Saturday, April 08, 2006

EAJ PNV

Euzko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV), fundado por SABINO DE ARANA Y GOIRI, recibe su nombre del lema "JAUNGOIKOA ETA LEGE ZARRA", expresión que conjuga una concepción trascendente de la existencia con la afirmación de la Nación Vasca, cuyo ser político ha de expresarse a partir de la recuperación de su soberanía nacional.

Las características que distinguen a los vascos comenzaron a desarrollarse en el mismo lugar que actualmente habitan, las vertientes norte y sur de los Pirineos occidentales. Fue un resultado de la adaptación del hombre de Cro-Magnon en esta zona a los grandes cambios ambientales que se produjeron tras el final de la última glaciación, hace aproximadamente diez mil años.
El Pueblo Vasco, conformado como tal desde entonces, con su propia cultura e idioma, el euskera, posiblemente el más antiguo de Europa, ha logrado sobrevivir manteniendo su propia identidad. Viendo a lo largo de milenios aparecer y desaparecer otras culturas, reinos e imperios que la pusieron en peligro. Celtas, iberos, romanos, bárbaros, árabes, fueron escribiendo sus líneas en las páginas de una historia que raramente se ocupaba de los "persistentes" vascos.
No se dotaron de estructuras políticas propias hasta la Edad Media, y sólo en un caso llegaron a constituir un Reino, el de Navarra, que aún así no logró aglutinar a todos los vascos ni en su momento de mayor auge. Junto al Reino de Navarra se fueron articulando los Territorios Históricos de Alava, Bizkaia y Gipuzkoa, en lo que es el actual Estado español, y Lapurdi y Zuberoa, en el actual Estado francés. Estos Territorios mantuvieron una relativa independencia bajo la órbita o influencia cambiante de otros reinos, ya fuera el navarro, el castellano, el francés o incluso el inglés. En una Europa medieval en la que las estructuras políticas y administrativas dependían más de guerras, bodas, herencias y alianzas que de la voluntad de sus habitantes.
Los vascos de estos Territorios se dotaron de una peculiar organización política, una ley consuetudinaria concretada de forma escrita al terminar la Edad Media, en sus Fueros respectivos. Es decir sus propias constituciones, unas normas básicas que preservaban su soberanía y regían su convivencia. A través de ellos, por ejemplo, se proclamó la nobleza de todos sus habitantes por el mero hecho de haber nacido en territorio vasco. Lo que supuso que varios siglos antes de la Revolución Francesa, de tan singular manera, se eliminaran las diferencias estamentales. El Arbol de Gernika, el lugar en donde los vascos se reunían para tomar sus decisiones, se convirtió en el árbol sagrado de los vascos, en símbolo de libertad y democracia.
Gozaron los vascos sujetos a los ordenamientos forales, que preservaban su independencia, de lo que en los países que les rodeaban no eran sino privilegios de una nobleza minoritaria en detrimento del resto del pueblo. Eran nobles, no debiendo pagar impuestos o servir en levas militares, contaban con garantías procesales frente a la administración de justicia, y las mujeres vascas tenían personalidad jurídica independiente de los hombres. Elegían mediante votaciones públicas a sus cargos locales y a sus representantes en las Juntas o Asambleas generales de todo el territorio, sirviendo de modelo democrático a los constitucionalistas americanos tras conseguir su independencia y a los pensadores europeos que a finales del siglo XVIII establecerían los postulados ideológicos de la Revolución Liberal.
Mantenían además una vinculación con las monarquías bajo cuya influencia se encontraban por la que la corona tenía unas limitaciones expresas escritas en los diferentes Fueros, debiendo jurar el cumplimiento de las leyes vascas al acceder al trono. Por estas mismas leyes podían ser rechazados sus decretos reales por no respetar lo dispuesto en ellas. Disponían los vascos de sus propios ejércitos, moneda y fronteras.
El final del Antiguo Régimen en el Estado francés supuso a finales del XVIII la abolición por la fuerza de los Fueros de los territorios vascos continentales. Proceso que, de forma paulatina, y a lo largo del XIX, se daría igualmente en los territorios vascos peninsulares.
Los territorios vascos fueron pues, repúblicas libres y soberanas. Elegían o pactaban con sus Señores. Si el señor rompía el pacto la república volvía a la plenitud de su soberanía originaria.